Este producto nace de la combinación de esencia de trufa blanca y aceite de oliva extra virgen. Así se origina un óleo capaz de entregarte generosa pero equilibradamente el aroma y el gusto de este diamante de la alta gastronomía, que sorprende con su intensidad hasta los paladares más exigentes.
¿Cómo y cuándo usarlo?
El aceite de trufa blanca funciona en platos fríos o calientes. Es mucho más potente que el de trufa negra, por lo que debes aplicar dosificadamente con el gotario que porta cada botella.
Te recomendamos usar el aceite cuando la comida esté lista para que no se cocine, por ejemplo: sobre un risotto justo antes de servirlo; en guiso de ternera u otra carne similar; sobre pasta recién hervida; con preparaciones a base de papas, incluso con carne de liebre o faisán.
Anímate a mezclarlo con pollo, conejo y pescados como congrio o atún. Si amas las verduras, es perfecto para el topinambur, coliflor, champiñón, zapallo italiano, habas, alcachofa y todo tipo de legumbres.
Marídalo con queso fresco, con una polenta cremosa, unos ostiones recién salteados o un carpaccio de vacuno. También puedes agregarlo a huevos revueltos justo antes de servirlos, sobre una buschetta, una pizzetta o cualquier tipo de masa.
Aroma exclusivo
Gracias a nuestro aceite tienes una buena oportunidad de probar el sabor de la trufa blanca, producto que podríamos catalogar de muy exclusivo. Solo se encuentra de manera silvestre en la región del Piamonte, Italia, y en pequeñas cantidades.
Nosotros traemos su esencia y la integramos a un aceite de oliva chileno de la más alta calidad, para que puedas tenerlo en tu mesa y transformar tus platos, incluso los más sencillos, en una experiencia gourmet inolvidable.
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